princesa de la noche
Cae la noche y la dulce niña abre los ojos.
Camina entre las sombras y se regocija en su abismo.
No precisa la luz, ella todo lo percibe y todo lo abarca.
Ríe a carcajadas, ríe como loca.
Acaricia su largo cabello y se reconoce con sus pequeñas manos.
La joven desencantada canta, baila, grita, se muerde, llora, alucina y sonríe.
Los árboles recitan, entre murmullos de hojas y vientos,
sobre su princesa de la oscuridad.
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